Aquellos que están persuadidos de los argumentos a favor del premilenarismo, deben decidir sobre una cuestión adicional:
¿Regresará Cristo antes o después de la
(gran tribulación)?
La
expresión «gran tribulación» en sí misma viene de Mateo 24:21 (y paralelos),
Donde Jesús dice: «Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá».
El
premilenarismo histórico cree que Cristo regresará después de esa tribulación,
pues el pasaje continúa: «E inmediatamente después de la tribulación de aquello
días, el sol se oscurecerá entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en
el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo
del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria» (Mt
24:29-30).
Pero,
como se explicó arriba, en los siglos diecinueve y veinte se hicieron populares
una variedad de premilenarismos que sostiene una venida de Cristo
pretribulacionalista». Esto se llama a menudo el punto de vista del «rapto
pretribulacionalista», porque sostiene que cuando Cristo regrese por primera
vez la iglesia será «raptada» o arrebatada a los cielos para estar con él.
Los
argumentos para tal rapto pretribulacionalista son los siguientes:
1. Todo el período de la tribulación será un tiempo en que se derramará la
ira de Dios sobre la tierra. Por lo tanto, no sería apropiado que los
cristianos estén sobre la tierra en ese tiempo.
2. Jesús promete en Apocalipsis 3:10: «Yo te guardaré de la hora de la
tentación que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven
en la tierra». Este pasaje indica que se sacará a la iglesia del mundo antes
que llegue esa hora de prueba.
3. Si Cristo regresa después de la tribulación y derrota a todos sus
enemigos, ¿entonces de dónde vendrán los incrédulos que necesariamente deben
poblar el reino milenario? La posición pretribulacionalista" sin embargo,
vislumbra miles de judíos creyentes que se han vuelto cristianos durante la
tribulación y que entrarán al reino milenario en cuerpos no glorificados.
4. Este
punto de vista hace posible creer que Cristo podría venir en cualquier momento
(su venida antes de la tribulación) y que aun deben cumplirse muchas señales
antes que él venga (su venida después de la tribulación, cuando se hayan
cumplido las señales).
Aunque
este no es un argumento específico a favor de una posición
pretribulacionalista, también debe notarse que los pretribulacionistas ven
entonces la enseñanza sobre la tribulación en Mateo 24 y las advertencias y
aliento dados a los creyentes en esa situación como aplicables a los judíos
creyentes durante la tribulación, y no a la iglesia en general.
En
respuesta a estos argumentos, se deben hacer las observaciones siguientes:
1. No es
consistente con las descripciones de la tribulación en el Nuevo Testamento
decir que todo el sufrimiento que ocurra durante ese tiempo es específicamente
el resultado de la ira de Dios. Mucho del sufrimiento se debe al hecho que la
maldad se multiplicará (Mt 24: 12) y al hecho que crecerá mucho la persecución
de la iglesia y la oposición de Satanás durante este período. Por supuesto,
todos los cristianos (ya sean gentiles o creyentes judíos) evadirán la ira de
Dios en todo momento, pero esto no significa que evadirán todo sufrimiento, aun
en tiempos extremadamente difíciles.
2. El hecho de que Jesús diga a los fieles creyentes de la iglesia de
Filadelfia (Ap 3: 10) que él
los guardará de la hora de prueba que viene sobre todo el mundo no es una
evidencia lo suficientemente fuerte como para decir que se sacará a la iglesia
entera del mundo antes de la tribulación.
Primero,
esta declaración se hace a una iglesia específica (Filadelfia) y no debe
aplicarse a toda la iglesia en algún punto futuro de la historia. Por otra
parte, «la hora de tentación que vendrá sobre el mundo entero» no tiene que
referirse al tiempo de la gran tribulación, sino que más probablemente se
refiere al tiempo de gran persecución y sufrimiento que vendría sobre todo el
Imperio Romano o todo el mundo habitado.
Por
último, la promesa que la iglesia en Filadelfia sería guardada no implica que
los sacarían del mundo, sino simplemente que se les mantendría fieles y se les
guardaría de sufrir daños derivados de ese período de sufrimiento y prueba.
3. No
favorece al punto de vista pretribulacionalista decir que debe haber algunos en
cuerpos no glorificados que entrarán en el milenio, porque (desde un punto de
vista postribulacionalista) cuando Cristo venga al fin de la tribulación
derrotará todas las fuerzas que dispuestas contra él, pero eso no significa que
las matará o aniquilará a todas. Muchos simplemente se rendirán sin confiar en
Cristo, y así entrarán al milenio como incrédulos. Y durante todo el período
del milenio muchos se convertirán sin duda a Cristo y también se volverán
creyentes.
4. El punto de vista pretribulacionalista no es el único consistente con
las ideas de que Cristo podría volver en cualquier momento que haya señales que
precedan su regreso. La posición presentada en el capítulo anterior -que es
poco probable pero posible que las señales se hayan cumplido- es también
consistente con estas ideas.
Pero
debe decirse que detrás de este argumento de los pretribulacionistas hay una
preocupación de más peso: El deseo de preservar una distinción entre la iglesia
(que ellos piensan será alzada al cielo para estar con Cristo) e Israel (que
piensan constituirá el pueblo de Dios sobre la tierra durante la tribulación y
entonces durante el reino milenario). Pero, como hemos anotado en un capítulo
anterior, el Nuevo Testamento no respalda una distinción de este tipo entre
Israel y la iglesia.
Por
consiguiente, esto no implica la necesidad de contemplar una distinción entre
estos grupos en el tiempo de la tribulación y el milenio.
Hay
una variante de la posición del rapto pretribulacionalista que se conoce como
el punto de vista del rapto midtribulacionalista. Este se define por Gleason Archer en su ensayo: «The
Case for the Mid Seventieth Week Rapture Position».
Él ve
la tribulación como separada en dos mitades. Los primeros tres y medio años se
caracterizan por la ira del hombre, y la iglesia está presente en ese tiempo.
Los segundos tres y medio años se caracterizan por la ira de Dios, y durante
ese tiempo la iglesia está ausente de la tierra.
El
argumento primario de la Escritura para respaldar un rapto midtribulaciolista
es el hecho de que en Daniel 7:25, 9:27, y 12:7 y 11, así como en Apocalipsis
12:14, los siete días o tiempos a que se alude están cortados en mitades, al
mencionar el intervalo de tres y medio tiempos o tres y medio días en una
semana simbólica, apuntando de esa manera a un período de tres y medio años,
tras el cual él se rescataría al pueblo de Dios de la tribulación. Otro
argumento a favor de esta posición es que destaca el sentido de expectación
ante el regreso de Cristo, pues tres y medio años es un período más corto de
tiempo que siete años.
No
obstante, aunque los pasajes de Daniel sí hablan de una interrupción de la
séptima semana que Daniel predice para el futuro, no dan ninguna indicación
clara de que los creyentes serán removidos de la tierra a mediados de la
semana." También es dificil ver que la expectativa de una tribulación de
tres años y medio provee una sensación de inminencia mucho mayor que la que
provee la expectativa de una tribulación de siete años.
Por
último, algunas objeciones a la posición del rapto pretribulacionista se pueden
plantear en forma de argumentos a favor del punto de vista del rapto
postribulacionista (el punto de vista premilenario histórico que Cristo
regresará tras un período de tribulación sobre la tierra):
1. El
Nuevo Testamento no dice claramente en ningún lugar que la iglesia será sacada
del mundo antes de la tribulación. Si fuera a ocurrir este significativo
evento, podríamos por lo menos esperar que se hallara una enseñanza específica
a ese efecto en el Nuevo Testamento. Ciertamente Jesús nos dice que el
regresará y nos tomará para estar con él Jn 14: 3), y Pablo nos dice que
seremos arrebatados a las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire (1ª
Ts 14:17), y que seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos y
recibiremos un cuerpo incorruptible (1ª Co 15: 51-52).
Pero
los creyentes han entendido cada uno de estos pasajes a lo largo de la
historia, no como que hablan de un rapto secreto de la iglesia antes de la
tribulación, sino de un rapto público (o «arrebato») muy visible de la iglesia
para estar con Cristo precisamente unos momentos antes de su venida a la tierra
junto con ellos para reinar durante el reino milenario (o de acuerdo con el
punto de vista amilenario, durante el estado de eternidad).
Por
otro lado, es muy dificil comprender 1ª Tesalonicenses 4: 17, el único pasaje
que habla explícitamente del hecho que la iglesia será «arrebatada» (o
raptada), para hablar de la idea de una venida secreta. Este dice: «El Señor
mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta
de Dios» (1ª Ts 4: 16).
De
estas palabras Lean Morris correctamente dice: «Puede ser que con esto él
intenta hacernos comprender que el rapto ocurrirá en secreto, y que nadie
excepto los propios santos sabrán lo que sucede. Pero a duras penas se podría
deducir esto de sus palabras. Es dificil ver cómo podría él describir más
explícitamente algo que es manifiesto y público»"
La
doctrina del rapto pretribulacionista resulta de una inferencia de varios
pasajes.
Primero,
la poderosa trompeta convoca a la reunión de los elegidos en Mateo 24: 31, el
sonido de la trompeta de Dios en 1ª Tesalonicenses 4: 16, y el toque final de
la trompeta cuando nuestros cuerpos serán transformados en 1ª Corintios 15:
51-52, todo parece ser el mismo toque de trompeta-la trompeta que suena justo
antes del milenio. Si de veras es «el último toque de trompeta» (1ª Co 15: 52),
entonces es dificil ver cómo otro poderoso toque de trompeta (Mt 24:31) podría
seguirlo siete años después.
Además,
es muy dificil pensar que Mateo 24 no se refiera a la iglesia, sino al pueblo
judío que se salvaría durante la tribulación. Jesús se dirige a sus discípulos
(Mt 24: 1-4) y los alerta de la persecución y el sufrimiento que vendrán. Les
habla de la gran tribulación por venir, y entonces dice que «inmediatamente
después de la tribulación de aquellos días» aparecerán señales cósmicas y «se
angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre
las nubes del cielo con poder y gran gloria» (Mt 24: 30). ¿Pero sería verosímil
que Jesús, al decir estas cosas a sus discípulos, intentara que sus palabras se
aplicaran, no a la iglesia, sino solo a un futuro reino terrenal del pueblo
judío que se convertiría durante la tribulación?
Tampoco
parece verosímil que los discípulos estén aquí como representantes de un futuro
reino judío y no como representantes de la iglesia, a cuyo establecimiento
estaban tan estrechamente ligados como su fundamento (Ef. 2: 20).
3. Por
último, el Nuevo Testamento no parece justificar la idea de dos regresos de
Cristo separados (uno para su iglesia antes de la tribulación y entonces, siete
años después, con su iglesia para juzgar a los incrédulos). Una vez más, en
ningún pasaje se enseña explícitamente ese punto de vista, sino que este es
simplemente una inferencia extraída de las diferencias entre distintos pasajes
que describen el regreso de Cristo desde distintas perspectivas.
Pero
no es nada dificil ver estos pasajes como refiriéndose a un solo evento que
ocurrió en un momento: Parece mejor concluir, con la gran mayoría de la iglesia
a través de la historia, que la iglesia atravesará el tiempo de tribulación
predicho por Jesús. Probablemente no habríamos escogido este sendero por nosotros
mismos, pero la decisión no estaba en nuestras manos.
Y si
Dios quiere que alguno de nosotros que ahora vivimos permanezcamos sobre la
tierra hasta el tiempo de esta gran tribulación, entonces debemos prestar oídos
a las palabras de Pedro: «Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre
de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes (1ª P 4:
14), y «Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos»
(1ª P 2:21).
Esta
idea de que los cristianos deben estar preparados para soportar sufrimientos
también se observa en las palabras de Pablo de que somos coherederos con
Cristo: «pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su
gloria» (Ro 8:17). Y podemos recordar que desde el tiempo de Noé al tiempo del
martirio de los primeros apóstoles, ha sido frecuentemente el camino de Dios
traer a su pueblo a la gloria a través del sufrimiento, pues hizo lo mismo con
su propio Hijo.
«En
efecto, a fin de llevar a muchos hijos a la gloria, convenía que Dios, para
quien y por medio de quien todo existe, perfeccionara mediante el sufrimiento
al autor de la salvación de ellos» (Heb 2:10). Es del Salvador, el mismo que ha
sufrido más de lo que ninguno de sus hijos nunca sufrirán, que recibimos la
admonición: «No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Sé fiel hasta la
muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Ap 2:10).
NOTA: Peinberg ofrece un argumento adicional sobre
las diferencias entre los pasajes que él entiende describen el rapto (antes de
la tribulación) y los pasajes que ve como describiendo la segunda venida
(después de la tribulación). No obstante. la mayoría de estas diferencias no
son contradicciones insuperables. Sino solo casos en los que se menciona un
evento en un pasaje y no en otro (un punto bien señalado por Douglas Moa en su
«Response,). pp. 99-101).
Cuando Pablo dice que (dos que estemos vivos, los
que hayamos quedado. Seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para
encontrarnos con el Señor en el aire) (1ª Ts 4: 17), utiliza la palabra griega
apantesis, para «encontrarnos», que se usa en la literatura griega fuera de la
Biblia para hablar de ciudadanos que salen de una ciudad para encontrarse con
un magistrado, y retornar entonces a la ciudad con él.
«La palabra apantesis debe entenderse como un
tecnicismo para una conducta cívica de la antigüedad por medio de la cual una
ciudad le concedía una bienvenida pública a visitantes importantes» (Eric
Peterson, «apantesis» TDNT, 1:380). Moulton y Milligan dicen: «La palabra
parece haber sido un tecnicismo para la bienvenida oficial de un dignatario
recién llegado-un uso que concuerda de manera excelente con su empleo en el
Nuevo Testamento» (MM, p. 53).
PREGUNTAS PARA APLICACIÓN PERSONAL
1. Antes de leer este capítulo, ¿tenía usted alguna certidumbre sobre si
el regreso de Cristo sería amilenario, posmilenario, o premilenario? Y si sería
postribulacional o pretribulacional? Si es así, ¿cómo ha cambiado su punto de
vista ahora, si es el caso?
2. Explique cómo su actual punto de vista del milenio afecta su vida
cristiana hoy. De manera similar, explique cómo su punto de vista de la
tribulación afecta su vida cristiana actual.
3. ¿Cómo piensa que sería la sensación de vivir sobre la tierra con un
cuerpo glorificado, y con Jesucristo como Rey sobre todo el mundo? ¿Puede
describir con cierto detalle algunas de las actitudes y reacciones emocionales
que usted tendría hacia distintas situaciones en un reino como ese? ¿Espera
usted realmente un reino como ese? (Sus respuestas diferirán algo en dependencia
de si usted espera o no un cuerpo glorificado durante el milenio hasta el
estado de eternidad.)
4. ¿Cuáles serían los resultados, tanto positivos como negativos, de una
posición como la del rapto pretribulacionista en las actitudes y la vida diaria
de los cristianos? De manera similar, ¿cuáles serían los resultados positivos y
negativos de una posición como la del rapto postribulacionalista?
TÉRMINOS ESPECIALES
Amilenarismo,
premilenarismo dispensacionalista, gran tribulación, premilenarismo histórico,
rapto midtribulacionista, milenio, posmilenarismo, premilenarismo
postribulacionista rapto postribulaicionista, premilenarismo, premilenarismo
pretribulacionista, rapto pretribulacionista, rapto
PASAJE BÍBLICO PARA MEMORIZAR
Apocalipsis 20: 4-6: (Entonces Vi Tronos Donde Se Sentaron Los Que
Recibieron Autoridad Para Juzgar. Vi También Las Almas De Los Que Habían Sido
Decapitados Por Causa Del Testimonio De Jesús Y Por La Palabra De Dios. No
Habían Adorado A La Bestia Ni A Su Imagen, Ni Se Habían Dejado Poner Su Marca
En La Frente Ni En La Mano. Volvieron A Vivir Y Reinaron Con Cristo Mil Años.
Esta Es La Primera Resurrección: Los Demás Muertos No Volvieron A Vivir Hasta
Que Se Cumplieron Los Mil Años. Dichosos Y Santos Los Que Tienen Parte En La Primera
Resurrección. La Segunda Muerte No Tiene Poder Sobre Ellos, Sino Que Serán
Sacerdotes De Dios Y De Cristo, Y Reinarán Con Él Mil Años).